Entre el siglo segundo y tercero se encuentran algunos de los más importantes pensadores del mundo cristiano, esto fue resultado de la necesidad de hacer frente a las herejías y también de los puentes y nexos que se establecieron entre la fe cristiana y la culura de la época.
Es importante tener presente que durante el comienzo de la fe cristiana los textos cristianos se escribían con el objetivo de abordar temas, cuestiones o problemas específicos de la vida que ellos llevaban. De manera que, es difícil conocer a plenitud su pensamiento. Un ejemplo claro que tenemos en relación con esto lo encontramos en las cartas de Pablo las cuales siempre fueron enviadas para tratar temas específicos (resurrección, moral, convivencia dentro de la iglesia) no con el objetivo de describir la totalidad del pensamiento cristiano.
Discípulo de Policarpo, por razones desconocidas se traslada a Lión (Francia) donde se adhiere a la iglesia, luego es trasladado a Roma donde sigue su proceso de servicio y llega a ser encargado de la iglesia.
Ireneo era ante todo un pastor. Su interés no estaba en la especulación filosófica, ni en descubrir secretos recónditos hasta entonces desconocidos, sino en dirigir a su grey en la sana doctrina y la vida correcta. El objetivo de sus escritos es principalmente refutar a los herejes e instruir a los creyentes.
Dos de las obras más reconocidas de Ireneo son: La demostración de la fe apostólica (Puede adquirirse
aquí) y La refutación de la falsa gnosis, (puede adquirise
aquí) esta última mejor conocida como Contra las herejías.
Ireneo tiende a reflejar únicamente en sus obras la enseñanza que ha recibido sin anexar a sus escritos sus propias conclusiones, por esta razón, su lectura tiende a relevar ampliamente lo que era la doctrina y pensamiento de la iglesia de su tiempo.
El pensamiento de Ireneo de Lión puede ser resumido de la siguiente manera:
Dios es un ser amante que crea el mundo y la humanidad, no por necesidad ni por error.
La creación es resultado del propio deseo de Dios de amar y dirigir.
El ser humano es la corona de la creación de Dios, el ser humano fue creado libre y también responsable.
Los ángeles son superiores a los seres humanos de manera provisional, cuando se cumpla la obra de Dios en los hombres estos serán superiores a los ángeles porque gozarán de una comunión superior con Dios debido a la redención.
La "divinización" es el proceso a través de cual el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, dirigen, instruyen y hacen crecer a los humanos preparándolos para tener comunión más íntima con Dios.
El propósito de Dios es hacernos semejantes a Él, esto no significa que seremos disueltos en él o que seremos iguales a él. Dios está tan por encima de nosotros que por mucho que crezcamos a su semejanza siempre nos quedará más camino por andar.
Satanás sintió celos del destino elevado que Dios reservaba para la criatura humana y por eso tentó he hizo pecar a los seres humanos, como resultado del pecado el crecimiento del ser humano quedó torcido y la historia que conocemos hoy ha sido resultado del pecado.
La encarnación de Cristo no es resultado del pecado, es parte del propósito de Dios para unirse a la humanidad como lo ha hecho en Jesucristo. Por causa del pecado, el propósito de Dios con la encarnación se ha ajustado para traer remedio a la humanidad por su pecado.
El pueblo de Israel fue escogido para preparar a la humanidad para la comunión con Dios. El antíguo testamento no revela a un Dios ajeno a la fe cristiana, sino que es la historia de cómo Dios continúa sus propósitos redentores después del pecado de Adán y Eva.
Jesucristo es el segundo Adán porque en su vida, muerte y resurrección se crea una nueva humanidad, y a través de sus acciones Jesús corrige el mal que fue hecho en el primer pecado. Jesús derrota al maligno y nos hace posible vivir una nueva libertad, todos los que están unidos a Cristo con el bautismo, la fe y la comunión se hacen partícipes de su victoria.
Cuando llegue la consumación final y el reino de Dios se establezca la humanidad redimida continuará creciendo enc omunión con Dios, y el proceso de divinización continuará por toda la eternidad, llevándanos siempre más cerca de Dios.
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA
Al parecer clemente era natural de Atenas, hijo de padres paganos, pero convertido al cristianismo de forma desconocida. Su interés por el cristianismo lo llevó a buscar quién pudiera enseñarle más, tras un viaje por parte del Mediterraneo, encontró como maestro en Alejandría a Panteno.
Debido a la persecución del año 202, clemente se vio obligado a abandonar Alejandría y anduvo por varias regiones del Mediterráneo oriental, especialmente Siria y Asia Menor.
Clemente fue formado en un entorno de mucha filosofía, por lo cual no es de extrañar que su pensamiento revele afinidades con pensamientos filosóficos de su época, además, Celemente no fue pastor, sino maestro y maestro de intelectuales.
Clemente busca ayudar a quienes buscan las verdades más profundas, y convencer a los intelectuales paganos de que el cristianismo no es una religión absurda.
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