61 Citas sobre Azusa Street

Tomadas del  libro Azusa Street de Autor: Frank Bartleman (1980)


Fachada del lugar de reuniones

  1. Tomé una decisión, al elegir entre un púlpito famoso y con el que ganaría buen dinero, y un humilde camino de pobreza y sufrimiento… elegí a las calles y los suburbios para que fueran mi púlpito. 

  2. Algunas iglesias de la santidad, se van a sorprender de que Dios las pase de largo. Él obrará en los canales que se rindan a Él. Deben humillarse para que él las visite. 

  3. La línea que separaba los colores (de piel) ha sido borrada por la sangre (de Cristo). 

  4. Por la unidad de los creyentes hoy, por “un cuerpo” para que la oración de Jesús: “Que todos sean uno, para que el mundo crea”, sea respondida… Pertenecemos al uno y único cuerpo de Cristo, tanto en el cielo como en la tierra.

  5. Mi salud es muy débil pero creo que viviré para ver terminada mi obra. A pocos les gusta ir a los lugares difíciles, pero mi tarea es ir donde otros no quieren ir. Parece que Dios solo puede conseguir un hombre que no tiene más motivo por el cual vivir que el cielo, para hacer la obra, porque lo que se necesita es un hombre con esa fortaleza. Me alegra que Él me use hasta lo último para su servicio. Prefiero gastarme a arrumbarme; prefiero morir de hambre para Dios, si es necesario, que engordar para el demonio. 

  6. El diablo parte una obra por la mitad, y huye llevándose  el corazón, dejando a los santos en extremos, y así destruye el todo. Somos criaturas de extremos. 

  7. Nuestros pequeños (hijos) se nos escapan muy rápidamente. Aprovechemoslos al máximo cuando los tenemos con nosotros. Tratemos a los niños con dulzura. La vida ya es bastante dura con ellos, y quizá tengamos que lamentar su pérdida cuando sea demasiado tarde. Este es un universo tremendo para el mundo infantil, lleno de fuerzas malignas. 

  8. Si solo pudieramos captar una línea de la pura melodía del cielo, perderíamos el gusto por los sonidos terrenales para siempre. Si pudieramos captar un atisbo de nuestros seres queridos que se han ido por “la puerta entreabierta”, ya la tierra no podría contenernos. Debemos ver las cosas del lado del cielo. Los sonidos y los espíritus de la tierra son muy crudos y crueles… el cielo es todo amor, y gozo, y paz y descanso. ¡Gracias a Dios!  

  9. ¡Venid, ángeles, venid alrededor de mi! ¡Oh,llevadme muy lejos sobre vuestras nievas alas, a mi hogar inmortal” 

  10. la enterramos, en un día oscuro y tormentoso, para esperar la mañana de la resurrección, donde no habrá nubes ni lamentos. ¡Cuán puro será el aire de esa mañana! ¡Cuán gloriosos nuestros seres amados! ¡Cómo cantará la creación toda mientras aparece el Sol de Justicia, con sanidad en sus alas!

  11. En presencia de la muerte, cuán reales se vuelven las cosas eternas…

  12. Es bueno estar en silencio. Entonces Él nos habla con esa voz, “suave y apacible”. Nuestros espíritus están demasiado inquietos. No podemos escucharlo. El no grita ni hace torbellinos. 

  13. Solo descansaba cuando dormía, y muchas veces, en lugar de eso, oraba. Tenía una gran carga por las almas. “Nadie hay (...) que se despierte para apoyarse en ti” (Isaías 64.7)

  14. Los obstáculos parecían muy grandes, y mis fuerzas muy pequeñas. Pero el llamado de Dios estaba sobre mi vida. Mi familia le pertenecía a Él. Si Dios me llamaba, yo no osaría fallarle. 

  15. Las personas están demasiado satisfechas con su propia bondad. Tienen poca fe y poco interés en la salvación de los demás. Dios las hum

  16. illará pasándolas de largo. 

  17. Su fracaso o su éxito final para Dios será determinado por este factor. Debemos mantenernos humildes y pequeños a nuestros propios ojos. Si nos dejamos elevar por el sentimiento de nuestra propia importancia, estamos perdidos. La historia se repite en relación con esto. Dios siempre ha buscado un pueblo humilde. Él no puede usar otro. 

  18. La profundidad de un avivamiento será determinada exáctamente por el espíritu de avivamiento que este logre. En realidad, esa es la clave de todo verdadero avivamiento nacido de Dios. 

  19. Cuando la iglesia de Dios se convierta en lo que debe ser, en amor y unidad las puertas nunca estarán cerradas con llave.


  20. Necesitamos una relación, una comunión más estrecha, personal, vital, con Dios. Solo el hombre que vive en comunión con la realidad divina puede ser utilizado para llamar a las personas a Dios. 

  21. Dios quería que la gente lo buscara a Él, no a un hombre. Quienes no buscan en primer lugar la gloria de Dios, naturalmente no aceptarán esto. Pero ese es el plan de Dios. 

  22. A muchos creyentes les resulta más fácil criticar que orar. 

  23. Congregue a las personas que estén dispuestas a rendirse totalmente. Oren y esperen. Crean en las promesas de Dios. Reúnanse todos los días. Que Dios les bendiga, es mi sincera oración. 

  24. Muy pocas personas conocen realmente a Dios en cualquier época. 

  25. Dios no conoce el tiempo. Este elemento no se encuentra en el cielo. Este es el secreto de que el tiempo aparentemente pasa tan rápido en las noches que dedicamos verdaderamente a la oración. El tiempo es reemplazado por la eternidad. 

  26. Dios puede perfeccionar a quienes él elija. La gente de la Santidad está demasiado orgullosa de su posición. (Demasiado confiados en su posición y en su condición también)

  27. La profundidad del avivamiento será exactamente proporcional a la profundidad del espíritu de arrepentimiento y esto será para todos los pueblos, en todos los tiempos. 

  28. Rechazar la misericordia implica juicio, en directa proporción. En toda la historia del mundo creado por Dios, primero se ha producido el ofrecimiento de misericordia divina, y luego el juicio. 

  29. Los líderes actuales están, en general, demasiado cómodamente instalados como para desear innovaciones que pudieran requerir sacrificios de su parte. 

  30. Somos salvos para servir, el verdadero ministro es un siervo. Jesús no vino para ser ministrado, sino para ministrar. 

  31. Como los profetas de la antigüedad debemos orar por los que no oran por sí mismos.Debemos confesar los pecados del pueblo por ellos. 

  32. Qué bendición es vivir de tal forma que Dios puede hablarnos, aunque nos cueste algo en obediencia. 

  33. Aquellos que dan a Dios no tienen posibilidad de perder. El egoísmo es un pecado y una maldición. Quienes le dan a Dios, nunca pierden. En realidad, lo único que realmente ahorramos es lo que le damos a Dios. El resto, todo lo demás, finalmente se pierde. 

  34. Es tan importante que estemos dispuestos a ser considerados fracasados por tratar de construir un reino puramente espiritual… el reino de Dios no viene por “Observación” 

  35. Es muy fácil quedarse con algo de “segunda” la vida de oración es mucho más necesaria aún que edificios u organizaciones. Muchas veces se utilizan estas últimas para reemplazar aquella. 

  36. Posiblemente a los verdaderos santos les iría mejor si no hubiera tantos fraudes que traicionaran la confianza. Cada pastor, cada engañador en nuestras filas, hace todo mucho más difícil para los verdaderos siervos. 

  37. Del polvo de oscuras y despreciables circunstancias surgirán héroes, cuyos nombres serán grabados en la eterna página de gloria del cielo. 

  38. Un espíritu de arrogancia es una de las cosas más desagradables del mundo. 

  39. Las personas no sienten su necesidad de Dios. Pero donde haya un corazón hambriento, Dios lo llenará. 

  40. Hasta las viejas melodías sufren la violencia del cambio. Y cada estación trae nuevos estilos, para lograr más ganancia. Hay muy poco espíritu real de adoración en ellos. Hacen mover las puntas de los pies, pero no conmueven los corazones de los hombres. 

  41. Dios es el mismo hoy. Solo que nosotros hemos cambiado. 

  42. Su palabra lo dice. Todo lo que era bueno en mi, en pensamiento o acción provenía de él. 

  43. El Espíritu Santo nos es dado para “mostrar las cosas que son de Cristo”. La obra del calvario, la redención deben ser el centro de nuestra consideración. El Espíritu Santo nunca desvía nuestra atención de Cristo hacia si mismo, Sino que revela a Cristo en una forma más plena.  

  44. Ni siquiera podemos sostener una doctrina o buscar una experiencia excepto en Cristo.

  45. Cristo, solo él salva. La atención de la gente debe dirigirse primero y siempre, a él. 

  46. Es preferible que contristemos a todos los hombres antes de contristar a Dios.

  47. La tradición se vuelve tan obligatoria para nosotros como la Palabra de Dios, y ha sido aceptada como su igual. Pero… ¡Cuánta tradición ha probado ser errónea según las escrituras!

  48. Hay una sola manera segura y honesta de terminar con el “viejo hombre”. Enterrarlo bajo dos metros de tierra, cabeza abajo. Cuanto más trate de salir, más profundo se hundirá. 

  49. Todos los creyentes son llamados a consagrarse un cien por ciento. Dios no tiene dos medidas de consagración, una para el misionero en lejanas tierras y otra para el cristiano que se queda en casa.

  50. Uno va, otro ora, y otro da. Son necesarios los tres para hacer un misionero. 

  51. Dios tiene un solo propósito, un solo interés en la humanidad desde la caída. Este propósito es llevarnos de vuelta a él.   

  52. Dios saca de las más densas tinieblas los débiles instrumentos por medio de los cuales se propone lograr grandes cosas; y luego, cuando les ha permitido brillar por un tiempo con radiante resplandor en una forma ilustre, los aparta una vez más en profunda oscuridad. 

  53. Dios generalmente retira a sus siervos del campo de batalla, solo para hacerlos retornar más fuertes y mejor armados. 

  54. Los hombres deben llegar a reconocer sus propias debilidades antes de tener esperanzas de conocer la fortaleza de Dios. 

  55. Evidentemente los métodos de evangelismo moderno no son totalmente indispensables para la salvación de las almas. 

  56. ¡Qué tontos vuelve a los hombres el pecado!

  57. Jesús debe estar primero que todo. El Espíritu Santo revela a Jesús. 

  58. Si somos siervos de los hombres no podemos agradar a Dios. 

  59. Dios siempre llega a tiempo para librarnos de sufrir verdaderamente. 

  60. El mensaje generalmente sufre más en manos de sus amigos que en las de sus enemigos. 

  61. Nunca sabemos cuánto hacemos sufrir a otros cuando nosotros mismos le fallamos al Señor. 

  62. El Espíritu Santo siempre exalta a Jesús y su preciosa sangre. Mientras Él es exaltado y predicado con fidelidad, Dios restaura el poder de los viejos tiempos.

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